Ubicada en un barrio cerrado, en un lote de 1.200 m2 con vista franca al Rosario Golf, la vivienda se cierra en forma contundente a la calle.
El programa de actividades se desarrolla en dos volúmenes perpendiculares. El volumen principal contiene los espacios servidos, abiertos totalmente al Este y jerarquizados por la vista a la cancha de golf. El segundo volumen, recostado sobre el Sur del lote, contiene los espacios de servicio. En la intersección de ambos se ubica un patio-parrillero que articula la casa con el quincho , totalmente abierto al Norte.
Grandes superficies vidriadas generan continuidad espacial entre los volúmenes desdibujando los límites entre el interior y el golf.
Mampostería, vidrio y hormigón materializan el proyecto; el color blanco unifica las superficies y genera contraste con la vegetación existente.